lunes, 21 de marzo de 2011

Capítulo52: Dedicado a mí misma.

Tengo una afición a las artes que me hace pensar en que en otra dimensión pude haber estudiado esa carrera por encima de la que llevo ahora. Just because...

Lo primero que recuerdo es un curso de verano como a los 6 años en la Casa de la Cultura en mi ciudad natal; llevé alfarería, danza, pintura y teatro.
Hice un cenicero de barro pintado de naranja, una obra con el afamado profesor Romel donde él hacía de abuelito y yo debía convencerlo de llevarnos al parque y nos hacía bromas para zafarse de su inexcrutable deber abueliano~ Tan bonito.
Bailé Barbie Girl de Aqua, sip, con un short de mezclilla, tenis y blusa rosa. No era muy buena pintando, recuerdo solo un pato o algo así.

Dos años después entré a clases de pintura en el Museo Histórico de mi ciudad natal porque quedaba cerca de mi casa y no tenía nada qué hacer ese verano. En realidad no eran clases, era más como un taller... pero igual me di cuenta de que mis dotes artísticos no iban a prosperar en la pintura puesto a que me inclinaba más por el dibujo.
Seguí dibujando como toda una amateur. Y tocando el arpa, no sé ni cómo aprendí pero solamente lo hice un par de años y lo olvidé.

Estuve en clases de ballet y lo odié (y ahora me arrepiento), en clases de jazz y no fue tan cool... pero mi clase favorita en primaria siempre fue Artes. Mi profesor fue Roberto Díaz Martínez, a quien actualmente aprecio muchísimo y lo extraño desde que dejé la ciudad. Un día en clase de ballet él me vio y me dijo que lo que pensó de mí fue que yo era una niña muy inquieta... intelectualmente; que era como un chapulín sin saltar. Él comenzó a darme clases de flauta dulce y progresé muchísimo, tanto que di dos recitales de flauta dulce tocando la canción Ave María con el piano de acompañamiento. (De hecho, la pianista se enceló de mí por quitarle atención aunque no tenía nada de qué tener envidia n__n)
Después decidí cumplir mi sueño de saber tocar el piano y elegí al mismo profesor de flauta dulce, continuando mis estudios artísticos en Casa de la Cultura. Estudié piano 3 años pero, obviamente, no fueron suficientes, y espero pronto reanudar mis estudios. Pero he tocado piezas importantes como la Rapsodia Húngara de Liszt o Elodia de Jordá. Me compré un saxofón y pronto comenzaré mis estudios en ese instrumento.
Llevo 4 años y medio escribiendo una novela llamada Diario de un Neurótico, que se trata de la adolescencia de un chavo cuyo mejor aimgo amanece muerto por desangrado en su habitación. Tengo otros 3 en proyecto, uno es la descripción ultra detallada de una niña llamada Catrina, otro se trata de un día de una chava donde trascurren 12 horas (es una nouvelle) y se llama Leche agria; y por último está mi más reciente proyecto que no lleva nombre aún y son dos historias, una es sobre una chava que se llama Irene, periodista que se ve afectada por la inseguridad en México y decide hacer protesta mediante artículos en la prensa, recibiendo así amenazas que la obligan a irse a Francia, donde encuentra un libro de recortes con cartas y notas y se da cuenta de que es un relato desarrollado en México también y se ve en la tarea de buscar al dueño.
Estando ya en la universidad decidí perfeccionar mi técnica de dibujo tomando un curso de sombreado y la próxima semana espero tomar otro para perspectiva y ya no tener ninguna deficiencia en mi personal técnica.
Pienso seguir con mis estudios y así cumplir todos mis sueños. Y solamente narro una pequeña parte de la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario